lunes, 8 de junio de 2015

Tú, mi libro preferido



Hoy fui a ver tu foto, 
allí dónde dejamos tu cuerpo sepultado
y sentí como si me presionaran el cuello,
me asfixiaran.

...y las lágrimas rondaron mis mejillas.

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¿Sabes? Hace una semana, cuándo vendimos el coche, llegué a casa ilusionada, porque parecía que la vida nos sonreía un poquito más y al subir los primeros escalones me dije, "qué ganas tengo de contárselo a mi madre y a mi padre".
Más tarde me di cuenta... que tu no estabas... que ya no te podía contar las cosas que me hacen feliz, que ya no puedo ver tu cara ni que me des esos consejos que me dabas...
...Sencillamente ya no estás...
Y eso duele.

Pero quiero pensar que no están tus manos, ni tus consejos, ni tu voz, ni tu mirada, pero sé que estás presenciando lo que la vida me depara, sé que quitarás obstáculos de mi camino, sé que me protegerás en la medida de lo posible, y sé también que de alguna forma, también te dije que eras tú, el que habías echo posible la venta del coche, eras tú quien hacías lo posible, por quitarme obstáculos y ahí lo tengo, bien demostrado.

Creo que ya sabes cuantísimo te quiero y tantísimo te echo de menos.... 

lunes, 1 de junio de 2015

Y se quedó con la pena...

Hablando con mi madre... una de esas pocas veces que tenemos algo que contarnos,
hoy me suelta y me dice que cuándo mi padre aún podía hablar, le dijo que vaya una
pena le iba a quedar... que no iba a conocer a su nieto... o nieta...

Yo, sin tener posibilidad de reaccionar... se empezaron a derramar lágrimas de mis
ojos, porque justo eso lo pensé yo también...

Que qué pena que mi padre no pudiera conocer a los nietos, por parte de su hija, de 
la pequeña, de su tesoro... 

Yo sé que ésta nueva etapa ha sido gracias a él, lo sé, porque él sólo sufría porque
sacáramos los pies del plato, porque la vida no nos ahogara demasiado... y sé que las
alegrías que van llegando, son gracias a él.